Monday, April 18, 2005
Tomás y Edith
Desconozco que fue lo que nos hermanó, pero sin duda fueron aspectos fundamentales de la vida. Tal vez un mismo proyecto a futuro, quizá las decepciones del espíritu, o simplemente la certeza de que eramos entendidos en nuestros desvaríos cotidianos y en nuestro silencio impenetrable. Y así nos hicimos amigos.
No puedo separar a Tomás de Edith. Desde que recuerdo estaban juntos en las buenas y en las malas, ya desde entonces se vislumbraba la pareja que serían. Creo que la balanza de la vida se a cargado sobre lo bueno y le obsequió dos hijas que espero sean mis nueras.
Hoy tengo la certeza de que en la lejanía cuento con ellos y aunque nos vemos cada vez que muere un papa, nunca se está lejos cuando el aprecio se multiplica.
Son mis amigos ¿y que?
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